¿Qué es la vulvodinia?
Es un dolor localizado en los genitales externos de la
mujer. Puede producir dolor pélvico
crónico y dispareunia (dolor en las relaciones sexuales).
Las pacientes refieren sensación de quemazón, dolor punzante
y prurito en la zona de la vulva que es la parte que rodea y constituye la
abertura de la vagina constituido por el monte de Venus, los labios y el
clítoris.
Imagen obtenida de: Atlas de Anatomía humana. Sobotta 21 Ed.Madrid:Medica Panamericana, 2002, R. Putz y R. Pabst
En la mayoría de las ocasiones no se evidencian lesiones en
el tejido salvo inflamación y/o edema y se piensa que una de las causas
principales es el Síndrome del dolor miofascial que se define por la
manifestación de puntos gatillo en una banda tensa y palpable que produce dolor
y sensibilidad en el músculo o su fascia (Simons).
Podemos encontrarnos dos tipos de vulvodinia:
- Disestésica: las mujeres tienen sensación de ardor en
ocasiones puntuales asociado a un cambio hormonal, principalmente la
menopausia.
- Síndrome vulvo-vestibular: Donde aparece un dolor punzante
específico y localizado en distintas zonas de la vulva. En ocasiones hacia el
pubis, hacia los labios o el clítoris.
Durante muchos años se sometía a las pacientes a tratamiento
con psicoterapia pero el dolor es real y en ocasiones la falta de información o
“formación” por parte de distintos profesionales en este campo hacen que las
pacientes den muchas vueltas buscando una solución y terminen con problemas
emocionales por causa de otro problema sin resolver.
Con esto no quiero decir que el desencadenante de la
vulvodinia pueda ser un trauma o una infección pasada, que a su vez haya
generado en el tejido una sensibilización a nivel central y como consecuencia
un aumento del tono de la musculatura del suelo pélvico.
Lo que está claro es que es importante un abordaje
multidisciplinar desde la ginecología, la urología, la psicoterapia y la
fisioterapia.
Desde el punto de la farmacología se les puede tratar con
antiinflamatorios y corticoides y es necesario un diagnóstico diferencial.
Pero desde el punto de la fisioterapia también se puede
ayudar.
El tratamiento de fisioterapia en estos casos sería el uso
de radiofrecuencia, tratamiento de los puntos gatillo miofasciales del
bulboesponjoso, isquiocavernoso, obturador interno e incluso explorar también a
nivel de los oblicuos. Drenaje linfático intracavitario y terapia manual
siempre bajo la regla del “no dolor”.
Si deseas más información sobre el tratamiento no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Laura Calzado Sanz
Fisioterapeuta experta en uroginecología y obstetricia
lauracalzado@lcfisioterapia.com